"El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia,
si no el que pudiendo ser injusto no quiere serlo"


lunes, enero 11, 2010

Veloces Momentos

Hay momentos en la vida que nos marcan para la eternidad. Pese a que el tiempo transcurre siempre con la misma intensidad, hay sucesos que parecen detenerlo, prolongarlo. Sin embargo, estos mismos sucesos, cuando los analizamos desde una visión más general (o tal vez más experimentada, más cargada de años) son aquellos que más efímeros nos resultaron.

Esta aparente contradicción no es otra cosa que la verificación de la voz popular que reza “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Creo que algo de verdad hay en todo esto, pero no me atrevo a afirmar hasta qué punto, sobre todo porque cuando cierro mis ojos y enumero estos momentos que detienen al reloj, me enfado al notar su longitud y añoro tener más y más largos. Que rocen lo inagotable y lo eterno. E incluso de esta manera, sospecho, me parecería poco.

Ahora bien, he notado que cuando comienzo con este ejercicio de reordenar recuerdos según su grado de eternidad, siempre hay uno que encabeza la lista, superando por mucha distancia al resto.

La memoria me arrastra hasta el espejo grande de la habitación de papá y mamá. Estaba colgado detrás de la puerta placa, la cuál había que cerrar para poder uno ver su reflejo distorsionado, casi fiel.

Mamá me había preparado la ropa para la noche. Estuvo planchado la camisa y el pantalón cuidadosamente. También aprontó una campera y la dejó junto con la de ella. Mi vieja sabe que no soporto llevar cosas en la mano, así que para evitar la discusión cotidiana de “llevate un abrigo – está bien así, má” ya había hecho planes de cargarla ella hasta que yo tuviese frío.

Después de terminar de peinarme solamente con los dedos, de acomodarme la camisa prolijamente desprolija por fuera del pantalón y de calzarme los zapatos lustrados, comencé mi epopeya hacia la gloria.

Llegamos temprano. Apenas unas pocas personas bien vestidas estaban en el lugar. La reunión tenía razón de ser en la celebración del décimo quinto cumpleaños de la hija de un vecino de la cuadra. Estaban los Villavieja, una pareja un tanto disfuncional, donde el marido cabía dos ó tres veces en el tamaño de la señora. También estaban los vecinos de la esquina opuesta a mi casa. No puedo recordar el apellido ya que siempre los llamábamos según sus características físicas más notorias. Él era “El Grandote” y ella era “La Flaca”. Supongo que deben haber tenido un nombre, pero sólo para los asuntos legales, no para nuestro barrio.

Pero no quiero peder el tiempo en descripciones de personas que sólo condimentan mi recuerdo, mucho menos ahora que comienza la mejor parte.

Allá, detrás de “El Grandote”, charlando con un grupo de amigos, estaba ella. Mariana. En todo su esplendor. Llevaba un pantalón blanco ajustado que me hizo agradecer al cielo que ella estuviera esperándome. Una camisa con bolados no desentonaba con el adorno en el cabello ni con los zapatos, también inmaculados. Sus labios tenían un brillo rosado que no existía la primera vez que la vi, hacía unos días, en casa de mis vecinos.

Ella me hizo un gesto con la mano y yo respondí con la cabeza. No quise esperar más y me apresuré a integrarme al grupo parlanchín. El primer buen augurio llegó de la mano de Fernanda, una petiza pulposa, que ni bien notó mi proximidad, atacó a Mariana con una mirada cómplice y la rubricó con una sonrisa pícara. Y el segundo indicio, un tanto más evidente, fue la pronta retirada de todos sus amigos, dejándonos solos.

Para entonces, ya el lugar estaba más poblado y la música, al compás de las luces de colores, sonaba estruendosamente, sin dejar muchas posibilidades de charla.

Otras cosas que agradezco, considerando mi lentitud y parsimonia en estos asuntos, es que ella haya dado el primer paso. Tal vez hoy hubiera desconfiado un poco más de su celeridad, pero esa noche no importó que se haya acercado a mí, que cruce su brazo por detrás de mi cintura y me diga con un tono suave y con olor a frambuesa “vamos a bailar”.

Hay imágenes que se impregnan en nuestra retina y no podemos olvidarlas. Cerramos los ojos como si fuera una cuestión de visión y no de sentimientos. Esta es una de ellas. Pero como corresponde a toda buena escena, debe estar acompañada con la musicalización oportuna. Esta no fue la excepción. La versión de Guns n’ Roses de “Knockin’ on heaven’s door’s” hizo que el baile sea muy adyacente y logró que no fueran indispensables las palabras. Entonces ahí sí copé la parada. Comencé a acomodar su pelo detrás de sus orejas, mientras no evitaba que mis dedos acariciaran sus mejillas. Ella me miró perdida en mis ojos y yo le respondí tratando de que nunca se encuentre, a menos que sea a travéz de mi mirada.

Nos besamos mansamente. Con ciertos resquemores primero y sin complejos después.

Ese fue nuestro primer beso. Ese fue mi primer beso.

Este momento es la cúspide de mi lista de momentos. Todavía hoy se me desacomodan las ideas cuando recuerdo el brillito de sus labios “aframbuesados”. Yo no sé ustedes, amigos, pero yo quiero ese beso por siempre.

Busco ese beso en todos los besos que doy y rezongo porque ningún otro par de labios sabe a los labios inaugurales.

Por eso es que no termino de comprender a aquél que celebraba la fugacidad de los momentos buenos. Concluyo qué, ó sus momentos no fueron tan buenos como para querer extenderlos ó nunca recibió un beso como éste que les acabo de contar.

A modo de protesta escrita, de pancarta barullenta, o como un grito en el cielo, les dejo mi propia cita citable: “Lo bueno, si eterno, realmente bueno”.

17 comentarios:

  1. Emotivo post, Capitán... se me piantó un lagrimón (sólo uno, después volví a mi normal estado de racionalidad). Gran recuerdo, gran momento, gran historia. Bueno, te dejo. Me voy a comer frambuesas jejeje...

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  2. Sobra decir que me muero por conocer sus "primeros besos"... Los comentarios son un excelente lugar para expresarlos!! :D

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  3. Que grande Capitan, un verdadero escritor amateur. Sencillamente el relato atrapa hasta llegar al final no se puede dejar de leer. Espero por la proxima entrega a ver que nos invitas a leer.

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  4. Gracias por compartir "Veloces Momentos"... Me transportó a momentos que había archivado en algún lugar que ya no recordaba!

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  5. jajajaj muy bueno!!!! yo diría "aunque sea fugaz lo bueno, será eterno" :D
    Feliz año fugaz!!!!
    Lily del Indio

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  6. ahora recuerdo por qué no me gusta llegar antes que los demás... jé!

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  7. La verdad no recuerdo mi primer beso o por ahí prefiero no traerlo a la memoria. Mi primer beso "bien" tendría que haber sido con mi primer novio y por más extraño que parezca, no fue así. Fue con el segundo, y con respecto a ese segundo, prefiero guardarme los comentarios.
    Así que, deliberadamente, decidí trasladar mi primer beso a mi última experiencia amorosa.

    Recuerdo que ese día había ido a su casa a mirar una serie llamada "How I met your mother" (muy buena de paso). Llegué como a las cuatro de la tarde y me fui alrededor de la una de la mañana. Nos quedamos todo el tiempo hablando y mirando fotos viejas. Fue un lindo día. Más cerca de la noche nos fuimos a su garage, para estar solos porque en su casa estaba la hermana, cuñado y madre. Era obvio que así no íbamos a estar solos.

    Nos pusismos a hablar y ahí él hizo una declaración que todavía tengo grabada en mi mente: "Creo que es bastante obvio que me gustás". En ese momento me quedé helada. La verdad no sabía qué decir. A mí también me gustaba, pero no me animaba a decírselo (o por ahí quería que él lo dijera primero). Seguimos hablando unos segundos más y poco a poco nos fuimos acercando. Yo estaba con una mezcla de sensaciones: nerviosa porque hacía un tiempo que no estaba en una situación así y a la vez ansiosa porque quería que me besara "ya". Cuando nuestros labios finalmente se juntaron, no les miento, sentí polillas en el estómago. Fue un beso suave pero a la vez apasionado y un poco torpe también. Mientras él me agarraba de la cara yo pensaba "cómo terminé acá no sé, pero me gusta". Cuando terminamos me quedé con la frente apoyada sobre la de él por unos segundos, nuestras narices rozándose, y respirando como si hubiese corrido una maratón. La verdad, como dice la canción "Take my breath away", el me dejó sin aliento. Esa noche nos pusimos de novios y cuando volví a mi casa y me acosté, me puse a revivir ese beso una y otra vez. Me desperté y lo primero que pensé fue en que estaba de novia (eso dibujó una sonrisa en mi rostro) e inmediatamente volví a recordar ese beso.

    Hoy ya no estoy más con él, pero aún así no puedo sacar esos recuerdos de mi mente.

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  8. Muy buenooo como siempre Pablitoo!!
    Jajaja, este lugar es para expresar no? Jajaj,
    Pero yo prefiero guardarlo por el momento, jajaaj.
    Un beso! Seguí así !
    Cuidatee!! ;)

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  9. Alita: Si sentiste polillas en el estómago, cuidado...!!! Podes tener todos los intestinos agujereados...!!! ja!!! Bueno, en serio, muy tierno tu relato del "primer" beso. Me gustó, así como el del Capitán. Gracias por compartirlo. Yo estoy en el equipo que no cuenta como fue o prefiere no recordarlo. Ya vendrán besos (eh... digo tiempos) mejores.

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  10. Pablo: ¡Gracias por el consejo! Ya saco turno con el médico. No vaya a ser que ocurran pérdidas de algún tipo... Mmm... Prefiero no pensar en eso...

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  11. que gran Historia... El primer beso es el mejor... Aunque no siempre el más recordado...

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  12. AMOOOO esa frasee al finaal de este post! :)
    Yo ya te conté mi primer besoo en tu fotolog. xD
    Fuee en mi viajee de 7mo grado en Carlos Paaz, y aunque no fue el mejor de los que he recibidoo, fue muy bonito... en ese momento los dos éramos muy tímidos así que fue fue algo torpee también... xD. De todas formas, fuee hermosoo, hasta el día de hoy lo recuerdoo... :)

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  13. Felicitaciones Gran Capitán!!!!

    Lily del Indio

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  14. Feliz San Valentin's day!!!

    Anoche fui testigo de Su Primer Beso.. tal vez con el correr del tiempo, cuando ya sepan escribir, no lo recuerden..
    Debí estamparlo en una fotografía digital para regalárselos el dia que quiera recordarlo.. fue lo más puro, dulce, transparente y honesto que ví en años..
    Se encontraron correteando entre las mesas de la fiesta de boda de los tíos.. sin quere se encontraron enfrentados, se miraron.. se sonrrieron y de forma natural y espóntanea se acercaron lo sufieicnete para rozar sus labios, una y otra vez.. siguieron correteando entre las mesas de la fiesta, tomados de la mano.
    El, algo más alto, cabellos castaño, ojos claros, remera anaranjada y jean... tal vez 3 años.
    Ella, cabello largo, oscuro, ojos renegridos, vestidito blanco, tal vez 2 años y medio... los más dichosos de la fiesta.. Noche de San Valentín..

    Lily del Indio

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  15. Buenísimo, como de costumbre..
    Se ve que Alejandro aprendió bien..
    Lástima que no a todos les toca la suerte de tener algo para alargar a fin de recordar, son ellos los que tienen que conformarse con momentos no tan buenos, pero un poquito alargados (no demasiado, como para no recordarlos tanto).
    Por suerte, yo tengo mis momentos, y tu solucion me viene de diez.

    "El cabeza de plato de uva"

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  16. Buenísimo el blogpost, lástima que fué breve..

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  17. Sonreile a la vida aunque se te caigan los dientes22 de febrero de 2010, 12:09

    Los recuerdos deben ser una justificación al paso del tiempo.

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